domingo, 31 de octubre de 2010

Capítulo 3


Nada más colgar el teléfono a su amigo la llamó para decirla que el plan seguía adelante por su parte y que le avisara en cuanto terminase de hablar con ella.

Llevaba varios días planeando el cumpleaños de su mejor amigo. No se lo había dicho, pero hace unas pocas semanas iba paseando por la orilla, cerca de su casa, y le sorprendió, sin que nadie se diese cuenta, mirando pasmado a una chica de no más de diecisiete ********* que estaba sentada en la arena sin preocuparse de que las pequeñas olas que llegaban a ella la estaban mojando sus pies desnudos. Ahí se dio cuenta del porqué a su amigo no le apetecía salir, y esa chica no parecía estar mucho mejor. Al instante se dio media vuelta y se alejó de aquella escena. Casualmente no tuvo que andar mucho hasta que se encontró con una de las amigas de la chica, no se conocían, pero se presentaron y hablaron durante un rato:

-Bueno, si, esa es mi amiga, Diana, no te preocupes por ella lleva ********* así,- Le contaba el día que se conocieron.
-¿Qué la pasó?- Preguntó interesado.
-Nada, una tragedia. Fue muy duro para todos. Pero sobre todo a Diana, nunca a aprendido a pasar página. Ella es así- Finalizó la frase con un toque de amargura.
-Tengo un amigo que... bueno, que esta enamorado de ella. No me lo ha dicho, pero yo creo que se le nota- Señaló donde estaba el chico, que seguía ensimismado con aquella chica.
-¡Ostras! es verdad, no había reparado en él. No sabía que nadie estuviese enamorado de Diana.

Después se dieron los números y planearon un encuentro fortuito entre Germán y Diana el día del cumpleaños de Germán. Hasta que no habló con él no se dio cuenta de lo coladito que estaba por la chica de la orilla. ¡No se acordaba de su cumple! Estaba peor de lo que pensaba.

No era el mejor día para llevar a cabo el plan propuesto, pero al parecer la chica no faltó a su cita con el Mediterráneo, ni tampoco creía que llegara a convencer a su amigo para que saliese cualquier otro. Y puestos a seguir la encerrona, Germán no le negó ir a su "sorpresa", así que... plan a seguir. Ahora estaba esperando a que le llamase Gema, así le dijo que se llamaba, con la respuesta de su amiga.

Esa chica, es una de las mejores personas que ha conocido en su vida, es amable y parecía interesarle todo lo que a su alrededor parecía interesante y resultaba desconocido para ella. Gema, ¿por qué le ha sorprendido tanto?, ¿se estaría enamorando como su amigo de esa tal Diana? No, no se estaba enamorando, tan solo llevaban unas semanas como amigos y no sabía aún nada sobre ella.

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Aquella chica aún seguía siendo un misterio, estaba lloviendo y Diana no se retrasaba en nada para ponerse en contacto con el mar, a pesar de todas las cosas vividas juntas y de tantos ********* una al lado de la otra, ni por asomo se esperaba que aquel día fuese al mar, ni mucho menos tan ligera como iba, se iba a resfriar, pero eso al parecer a ella no le importaba lo más mínimo.

Hace poco acaba de terminar de hablar con ella. Como siempre, no parecía estar en condiciones de nada, pero por nada del mundo iba a desperdiciar aquella oportunidad que le brindaba aquel chico, llamado Juan, de sacarla de una vez por todas a la sociedad y de hacer que por un momento se olvidara de aquel accidente ocurrido hace tantos *********. Tenía prometido a Juan llamarle en cuanto la diese una respuesta, y ya la tenía.

-Hola, ¿Gema?- Tras varios segundos de espera lo cogió.
-Sí. Por esta parte se corta el plan- No lo dijo desanimada, sino más bien resuelta.
-Ok, ya sabes lo que tienes que hacer entonces- Sí, sabía lo que tenía que hacer, y no iba a fallar, lo haría por su amiga.
-Sí, lo sé. Hasta la vista entonces.
-Chao.
-Besos.

Juan era uno de los pocos chicos que conocía que se preocupaba realmente por sus amigos, era atento y apuesto. Vamos el hombre de sus sueños, pero ¿estaba enamorada? No, no lo estaba. Solo eran unos amigos que se han conocido tan solo hace unas pocas semanas atrás, pero él tenía algo que le hacía ser especial.

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